- CINEMA NOSTALGIA -


Al este del Edén, Ben-hur, Casablanca, Lo que el viento se llevó,
Tiempos modernos, Moulin Rouge, Grease, Fiebre del sábado noche...

No había semana en la que a través de preciosos flyers con

las portadas cinematográficas más importantes del momento,
se anunciaran los futuros estrenos y sesiones para el cine.
Eran repartidos en cualquier establecimiento de la localidad,
y todo el mundo se hacía eco asegurando un lleno absoluto.
No hubo ni un solo "clásico" que no fuera proyectado aquí.

Junto con el baile y los partidos de fútbol, las proyecciones del cine
eran las diversiones más importantes del pueblo, en ella,
se visualizaban nuevos mundos, sueños y prometía encuentros.

 Las mujeres soñaban salir del pueblo en brazos de rebeldes
como James Dean, guaperas al estilo de Paul Newman o Marlon Brando.
O bien, tipos con estilo como Humprey Bogart, Clark Gable o Kirk Douglas.
Estaban las que reían con Cantinflas, los hermanos Marx o con Chaplin.
Sobre gustos no hay nada escrito dicen, pero siempre elegían a los primeros.
¿Porqué será?

Por contra, ellos no saldrían del pueblo no, saldrían del Universo.
Todo aquel que la vio por primera vez jamás podrá olvidarla, jamás.
Por sus curvas prohibitivas, su belleza y sonrisa embelesadora,
Marylin Monroe si que era el sueño de cualquier hombre.
Inolvidables sus gestos, miradas, besos soñados, también lo eran 
Sophia Loren, Audrey Hepburn, Grace Kelly, Rita Hayworth,
 o la más sensual de todas ellas, Brigitte Bardot.
Suspiros constantes para sueños irrealizables.

Hoy la sala está a oscuras, sin murmullos de los que toman asiento.
 Los trailers de futuras películas y spots publicitarios no aparecen en pantalla
y la sonorización enmudece en un ambiente sin película a proyectar.

La imparable máquina del tiempo, retiene un pasado detenido.

El cine en su sesión de hoy proyecta:





Resulta imposible describir la sobredosis de percepciones
tras una puerta. Esta, contiene una página para la historia
en las vivencias de varias generaciones y sus recuerdos.
Al abrirla, el olor a humedad contenida en esta sala,
fue el primer sentido tras la vista cuando la luz
iluminó una joya encerrada durante más de 25 años.

Atónitos por su belleza y mudos como el cine en sus inicios,
podrían habernos petrificado ante lo que teníamos delante.

Pero vayamos por partes, primero debemos
comprar nuestra entrada, ¿no os parece?.

 
 
 



La primera película de la historia, proyectaba la salida de unos obreros de su puesto de trabajo en una fábrica de Lyon, la caída de un muro, la llegada de un tren y la salida en un puerto de un barco realizada por los hermanos Lumière.
Corría el año 1895 y nadie podría imaginar, que la influencia de
esas simples imágenes cambiarían nuestras vidas para siempre.

El éxito, como era de prever, fue inmediato.

Aplicando la técnica teatral y los primeros efectos
especiales, con los años llegarían el sonido y el color.
Toda una revolución fulgurante que tendía la mano
al arte, la expresión y también en infinidad
de ocasiones, a la mal usada propaganda.

En un veraniego día de Agosto del lejano año de 1919,
 ante un "selecto baile de sociedad", fue inaugurado el cine.
Con los años, este proyecto ilusionante y de futuro,
esperaba la llegada del sonido y el color, estando a las puertas
de la total mudez de escenas de estos primeros años.
Pero la irrupción de la guerra civil española,
cortó cualquier atisbo de esperanza, ilusión y fe,
negándole la voz a los oídos y el color a la vida.

Tras 3 larguísimos años y con la guerra acabada,
esta dura y sufrida zona no tenía más remedio que
levantarse y mirar hacia delante, ser fuertes y valientes
a pesar de haber nadado siempre a contracorriente.
El cine volvió a abrir, y con éxito, acompañado 
por la industrialización de una zona que contaba con casi
el triple o más, de la población que actualmente reside en ella.
La mano de obra, procedía de todas las regiones
de España para una Catalunya totalmente en auge
en tiempos de cambio, incertidumbre e imposición.

Volviendo a la sala, llegaba el momento más emocionante de toda la visita.
Estábamos ansiosos de pasar el umbral del vestíbulo y las taquillas,
presagiando que sería una auténtica maravilla, ignorando cuanto.

¿Estáis preparados?  1,2,3, acción.


Impresionante, ¿verdad?. El bonito legado de más de 25 años de encierro


Nos dirigimos primeramente a los lavabos de Señoras y Caballeros,
 conservados muchísimo mejor que algunos actuales.
¡¡¡Incluso había papel WC del año '93 tras el cierre!!! 
 

Una y otra vez, no dejábamos de visualizar todo el conjunto:
los asientos de madera en cuero verde, paredes forradas
que se caen por el peso del tiempo, el pasillo rojo,
la numeración de las filas y sus asientos,
 ...tantos maravillosos detalles, que teníamos que
pellizcarnos para sentir que no estábamos en un sueño.
 
 
Bajamos al escenario, donde las telas se suspenden en un espacio vacío,
esperando que algún artista se siente en esa silla y cante, o alguien baile.
 
Antonio Molina cantó sus más memorables canciones para
un entregado público que aquí encontró una oportunidad,
pero que también pertenecía a esa España del emigrante.
Más adelante, tras la muerte de Franco y  cantando en catalán,
 representando toda una cultura y un pueblo, el suyo y el de la
 mayoría que asistiría, lo haría también un gran Lluís Llach. 
 
Artistas, como tantos otros que por aquí pasaron en el inpas
de dos mundos en el escenario del franquismo y su transición,
 marcados por una convivencia cultural difícil incluso hoy día,
convivimos en un país en constante competir sin compartir,
en la que la variedad y riqueza de sus valores es tan grande,
que se nos olvida prestarle la atención que realmente merece. 
No somos tan distintos como nos quieren hacer creer,
solo somos ignorantes de nuestro proceder.
 

El escenario, protegido por el vigilante que murió esperando,
nos regala una vista al pasar de la vida y los recuerdos.
En una mirada nostálgica a un tiempo que ya no regresará jamás,
este maravilloso legado de una época pudo perder su memoria.
 
Los años transcurrían con sus más y sus menos.
Pasaban sin quedarse modas, películas y música
marcando décadas prodigiosas e inolvidables.
Entrados los 80, en unos días aciagos donde la lluvia
era la protagonista del devenir de las cosas,
el rio anexo al cine creció de tal forma que la
marca marronosa de las paredes delimitaba la
altura a la cual llegó la irrefrenable sacudida del agua.
Inundada la sala, el desastre era casi irrecuperable.
 
5 años permaneció cerrada para volver a 
 abrir sus puertas a trancas y barrancas,
aguantando definitivamente hasta el año 93.
Desde entonces, ya no se proyectan películas
para asientos que permanecen desocupados.
 

El aforo era superior a 200 personas, repartidas en 13 y 15 filas a ambos lados.
Los 9 asientos del principio, aumentaban progresivamente hasta los 15 finales,
donde quedaban reservados a esas parejas que no recordarán escena alguna,
o los que se llevaron un bofetón por su osadía intentando meter mano.
Batallitas del cine, ¿quién no tiene una?
 

Por suerte o por desgracia, las cosas van como vienen.
Sus más de 25 años de encierro seguirán sin un proyecto,
una inversión o posible acuerdo entre propietarios.
 
El futuro no existe para la nostalgia y el pasado.
Deseando lo contrario, solo podemos admirarte,
 por si algún triste día dejas de existir.
 
 
 
 
 
 
  

La visita llegaba a su fin y unas escaleras invitaban a subir.
Estando en un lateral del vestíbulo de entrada,
pasando casi desapercibidas por la zona del bar,
era la última e inesperada gran sorpresa guardada,
la coqueta y espectacular sala de proyección.
 
La magia del cine pasaba por entre rodillos y platos
para fotogramas que se internaban en un proyector.
Todo un intrincado y complejo sistema que sin un buen
operador de cabina eran posibles las roturas y los cortes.
La máquina perfecta para influenciar espiritualmente a
una sociedad en el intrascendente mundo del espectáculo.
 
Así debió pensar y sentir el proceder en época franquista. 
Un noticiero informativo con impulso propio y directriz adecuada, según
la imposición en la forma y siglas del NO-DO, se proyectaba el ideario.
Mientras Franco imponía, la iglesia supervisaba.
En este cine y en la mayoría del estado español, 
la "santa casa" decidía si había imágenes que debían
cortarse o bien, prohibía la totalidad de la misma.
Evidentemente, todas se proyectaban en castellano
para una sociedad que tenía muchas más lenguas y
una visión más abierta de la que les tapaban.
 
En una ocasión, mientras el cine proyectaba una película
de carácter político, un cabo entró a voz en grito ordenando
que se iluminara la sala y se apagara la proyección.
Con total autoridad mandó a todos a casa, anunciando
que ya se había acabado sin casi ni siquiera empezar.
Ir contra el Estado y su idea era altamente arriesgado 
para unos tentáculos impositivos bastante largos, duros y crueles.
La figura del personaje era contraria totalmente al régimen
y la película de su muerte toda una amenaza y afrenta.
La película-documental estaba dedicada a la muerte
por garrote vil de un tal Salvador Puig Antich. 
 

Que bonito debió ser ver el fotograma pasar,
la magia de las imágenes proyectar y el sonido escuchar.
 
De Hollywood venía casi todo, nutriendo un espectáculo
en el que el propio cine español tuvo su lugar y su página.
La belleza de nuestras Carmen Sevilla, Sara Montiel,
Conchita Velasco o Emma Penella, contrastaba con la
locura y alegría de Lina Morgan o Rafaela Aparicio.
 Joselitos, Alfredo Landas, Ozores, Pajares y Estesos,
retienen una sonrisa en nuestros adentros.
Y que decir de importantes directores como 
Berlanga, Bardem, Buñuel y tantos otros.
 
Pongan la imagen y escena que quieran e imaginen.
Esta película e historia, llega a su necesario 
 
FIN   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 LAS VISITAS A LA MEMORIA SUELEN SER SOLITARIAS,
ALTERADAS EN OCASIONES POR ENTRAÑABLES ANÓNIMOS.
ESTOS, HACEN QUE SEA MÁS GRANDE EL LEGADO
PORQUE ES EL SUYO PROPIO EN HISTORIA VIVA.
 
NUNCA SERÁ SUFICIENTE LA PALABRA GRACIAS
POR HABERNOS RELATADO VUESTRAS MARAVILLOSAS
HISTORIAS, BATALLITAS, EL CINE Y UNA ÉPOCA.
A AQUELLOS QUE ENTRASTEIS Y VOLVISTEIS A RECORDAR
CON UNA SONRISA LO QUE AQUÍ VIVISTEIS Y SENTISTEIS,
NOS HIZO ENORGULLECERNOS DE PROVOCARLO.
 
PARA SIEMPRE, CON EL CINE EN EL CORAZÓN,
JAMÁS PODREMOS OLVIDAROS.
 VOSOTROS SABEIS QUIENES SOIS,
MUCHÍSIMAS GRACIAS.


6 comentarios:

  1. Unas fotos chulisimas Rubén! Una lastima que todos o casi todos los cines de "barrio" acaben así... Enhorabuena por el reportaje! (Pablo)

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    1. Muchisimas gracias Pablo! Este cine en concreto es verdaderamente espectacular...es una puerta al pasado nada más entrar, guapísimo. Un abrazo.

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  2. Buen trabajo Ruben!!! excepcional!!
    Un saludo
    Jordi Vall

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    1. Muchísimas gracias Jordi, me alegro que te haya gustado!!! Saludos ;)

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  3. Menuda pasada.. los cines antiguos tienen un halo de nostalgia que me encanta.. y más estando tan bien conservados como éste. Es una maravilla y un muy buen hallazgo!

    Un saludo!

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    1. Muchísimas gracias!! me alegro que te haya gustado!! ;)
      La verdad es que fue una bonita casualidad, fue verlo y querer abrir esa puerta que te transporta de manera brutal al pasado y a la nostalgia como bien dices, una experiencia imborrable.

      Gracias por comentar, un saludo ;)

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