- LA CASA DELLE FAVOLE -


Érase una vez dos hermanos llamados Alice y Nelly, decidieron 
un buen día dejar atrás la vida adulta para crear su cuento de hadas,
un hogar donde plasmar sus incontenibles sueños e ilusiones de la infancia. 

En esta vida eremita como artistas o fabuladores, su obra fantástica
se expresaba en forma de estatuas y frescos en las estancias de la casa,
representando un mundo imaginario en la que cualquier niño desearía vivir.

Crearon un lugar único e irrepetible donde regresar a esa deseada niñez,
en la que residen los mejores recuerdos y vivencias que nos marcan de por vida.
 Una auténtica vida de cuento para una casa de cuento, bienvenidos.





 
Desde princesitas, caballeros y posibles doncellas hasta excentricidades
un tanto mitológicas sin sentido, las figuras se presentan en primera instancia
como los protectores de una casa que retienen la juglaría del cuento. 


Admirarlas en su quietud, inducían a entrar como si de un tesoro guardaran.

Lo fantástico de ver algo tan inusual era como la surrealidad de un sueño.


Alice y Nelly no disponían de necesidades básicas como agua, luz o gas.

Cultivaban y criaban sus propios alimentos en la sencillez de sus vidas,
amparados por vivirla en la simplicidad del principio de los mundos
de una manera ecléctica a su disposición, sueños y aspiraciones.

Hoy, esta casa de dos plantas esta sumida en el caos más absoluto.
 Carente de luz y casi a oscuras en una suciedad indescriptible,
todo el mobiliario estaba revuelto y las ropas esparcidas por doquier
donde solo la decoración de sus paredes invitaban a imaginar.

La planta baja disponía de un pasillo central que daba al salón y a la cocina. 


Su entretenimiento era pintar, esculpir y posiblemente, entonar a Pavarotti.



Desde la cocina, se ascendía por unas escaleras totalmente a oscuras

hacia las habitaciones principales de ambos hermanos en el primer piso.


La unión entre ambos era tan fuerte que posiblemente dormían juntos.

Esta habitación tenía un cabecero doble con toda su ropa desperdigada.

En la habitación contigua estaba el mural más grande de la casa,
en ella reflejaban cenas, paseos en moto y una cantidad imaginaria
de momentos que solo ellos podían entender y sentirse vivos.
Y si de dúos se trataba, Katia Ricciarelli, la gran soprano italiana,
 no podía faltar en otra televisión para acompañar a su Luciano. 


Notas de ópera volarían por la estancia a ritmo de pincel en las paredes








Todo cuento tiene un principio y un final, vida y muerte inevitablemente.

Alice falleció en 2007 siendo enterrada entre pieles y zapatos de pitón,
una extravagancia bajo la voluntad de cumplir otro extravagante sueño.

Nelly, por su parte, roto de dolor antes de juntarse con ella en el más allá,
llevaba consigo celosamente sus fotos y el recuerdo de la mejor hermana.
Pasó sus últimos días en la melancolía de una casa de retiro o asilo.

La tendencia del ser humano a lo que no comprende lo llama locura,
Alice y Nelly representaban a la perfección esa mención sin duda.
Pero, la locura de amar, de crear, de vivir una vida fuera de lo establecido,
de vivir al fin y al cabo acorde a lo que tu corazón siente, se llama felicidad.

La Favole y su historia, hoy permanecen en un estado de inmersión absoluto. 
Los hermanos, a resguardo de la muerte, mientras que la casa, está al
amparo y protección de la madre tierra envuelta entre sus arboles.

Un cuento que ya no se pierde, colorín colorado, este ya ha acabado
F I N

2 comentarios:

  1. Es una pena que dejen perder ésta casa tan llena de pasado y de historias en sus paredes, aunque más no fuera para sus dueños.

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    1. Totalmente, una lágrima. El problema incluso va más allá y reside en que a día de hoy sus estatuillas exteriores han sido destrozadas, una auténtica pena, eran preciosas

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